El papel del Coach en la toma de decisiones
A lo largo de nuestra vida nos podemos encontrar en situaciones más o menos complicadas en la que tengamos que tomar decisiones que acarrean consecuencias importantes. También, podemos plantearnos objetivos personales o profesionales ambiciosos que suponen un desafío, como puede ser emprender un proyecto empresarial o, quizás, tener que adaptarnos a un cambio impuesto por el contexto, como por ejemplo un nuevo puesto de trabajo en el que tengamos que asumir nuevas responsabilidades, etc.
Sea cual sea la situación, cualquiera de ellas implica tener que reflexionar, valorar, decidir y actuar. Pues bien, como compañeros de viaje hacia nuestro objetivo o hacia la toma de decisiones, ineludiblemente, vamos a contar con la presencia de nuestras creencias, emociones, valores, motivaciones, nuestro lenguaje y la forma en la que lo utilizamos para hablarnos a nosotros mismo. En definitiva, una serie de variables psicológicas que se autoinvitan y que van a influir en nuestras reflexiones, decisiones y finalmente en la eficacia de nuestras acciones hacia el objetivo.
En determinadas circunstancias puede que no nos sintamos demasiado cómodos con estos compañeros de viaje e incluso podemos, en un momento dado, entrar en conflicto con alguno ellos. Si esto nos ocurre, siempre de forma voluntaria, podemos invitar a nuestro viaje a un nuevo acompañante, un Coach. Nos podemos preguntar ¿No somos ya suficientes? ¿Para qué más? La respuesta es la siguiente: para que nos ayude a convivir, negociar y gestionar los posibles conflictos que puedan surgir con esos acompañantes que se han colado sin invitación previa (nuestras creencias, valores, emociones y los anteriormente citados) y se conviertan en nuestros aliados a la hora de conseguir de forma eficiente nuestro objetivo o a tomar la mejor decisión.
A modo de ejemplo, y sin pretender agotar todas las situaciones en las que una intervención coaching puede ser beneficiosa, ni describir en profundidad un proceso de coaching, les propongo ponerse en la piel de Alicia. Un personaje ficticio al que le ofrecen un ascenso en el trabajo en el que tiene que dirigir a un equipo y asumir nuevas responsabilidades.
Ejemplo práctico: «El caso de «Alicia»
Alicia ante la oferta de su superior, empieza a experimentar emociones ambivalentes. Por un lado, alegría, el proyecto le resulta ilusionante. Por otro, miedo porque no se siente capaz. Además, su mente empieza a generar los siguientes pensamientos en forma de rumiación: “No vas a ser capaz, no vales para esto” (claro ejemplo de cómo podemos llegar a utilizar nuestro lenguaje para hablarnos a nosotros mismos y sabotearnos).
El papel del Coach en este caso consistiría en ayudar a que Alicia descubriera y entendiera el porqué de esa competición entre sus emociones y que función cumplen. Qué creencias están detrás de las rumiaciones y que Alicia llegue a la conclusión de si sus creencias están bien fundamentadas o son falsas creencias, también llamadas creencias limitantes.
Indudablemente, en función de la gestión que haga Alicia de sus emociones y sus pensamientos el impacto de estas en su decisión variará notablemente: aceptar o rechazar la promoción profesional con sus correspondientes consecuencias.
¿Cuál es la mejor decisión?
Esta decisión le corresponde a Alicia. En una intervención Coaching el protagonista es el Cliente o Coachee. Alicia en este caso es la responsable de sus decisiones y acciones. El Coach desde el respeto, la confidencialidad, y sin emitir juicios ni opiniones se ocupa de ayudarla a tomar la mejor decisión que siempre será la que ella elija.
Coaching: Aplicación y principios fundamentales.
A través de este ejemplo, además de intentar explicar qué es el coaching, he querido ilustrar su utilidad en una situación que está a caballo entre el ámbito profesional y el personal. Pero, no es extraño que en muchas ocasiones su aplicación quede restringida a una de las dos áreas de forma particular. Es por ello por lo que podemos encontrar empresas que ofrecen sus servicios de coaching bajo la denominación de “Coaching ejecutivo” o “Coaching empresarial” y otras que lo hacen bajos la denominación de “Life Coach”, “Coach personal” o “Coach personalizado”. Sin embargo, los principios que subyacen a la metodología coaching son los mismos. En todas las situaciones los Clientes o Coachees son personas y los procesos psicológicos son los mismos. Lo que varía sustancialmente, además del contexto laboral o personal, es que gracias a que cada ser humano es exclusivo e irrepetible, los puntos de vista, actitudes y formas de ver, percibir y sentir son también exclusivos y únicos de cada individuo.
Un Coach profesional, tiene el deber de garantizar que su acompañamiento respeta la individualidad, la intimidad, y la libertad del cliente, creando un espacio seguro, confidencial y libre de juicios y opiniones, cediendo a su cliente el protagonismo principal
Y por último…
¿Estás listo/a para dar el siguiente paso hacia tus objetivos?
Si te encuentras en una encrucijada y necesitas claridad para tomar decisiones importantes, el coaching puede ser el acompañante ideal para ayudarte a gestionar tus emociones, creencias y pensamientos.
No tienes que hacerlo solo; un coach profesional puede ofrecerte el espacio, las herramientas y el apoyo que necesitas para avanzar con confianza. Para más información sobre el servicio de Coaching que ofrecemos, te animamos a continuar leyendo. Y, por supuesto, escríbenos antes cualquier duda que te pueda surgir.
¡Contacta con nosotros para iniciar tu proceso de cambio!